Me estoy empezando a acostumbrar a esto de ver familias «raritas» en pantalla, por llamarlas de alguna manera. Esta vez, unos adorables, temibles y fornidos landrozuelos australianos se enzarzan en una sangrienta lucha con la policía de Melbourne. Es un apasionante thriller con un par de giros y sustos bastantes inquietantes e impactantes. Una cruda historia que no se anda con ningún tipo de miramiento: sesos esparcidos por las paredes, drogas a tutiplen, repugnantes trapicheos, mentiras y obsesiones.
Sin embargo, lo esencial, lo primordial, el motor de este reino animal es, precisamente, la palabra «familia»; el cómo serían capaces sus integrantes de cualquier cosa con tal de protegerse entre ellos, del peligro que corren ellos mismos en el momento en que suponen una amenaza para esa organización matriarcal que es la familia Cody, con Jacki Weaver a la cabeza (que aunque no se llevo el Oscar Mayer, bien se lo merecía): una mujer de piedra, sin sentimientos, sin pudor, sin remordimiento alguno. Además, cabe destacar la actuación James Frecheville, algo que realmente merece ser visto, oído y degustado.
Una buena pelúcula que consigue mantenerte en vilo desde el primer minuto hasta el último, aderezada con unos preciosos y gracioso acentos australianos que es merecedora, sin duda alguna, de un ♥♥♥♥ redondo. Eso sí, ya puestos, hubiera sido interesante y divertido ver alguno de esos robos famosos en vivo y en directo ya que se trataba de una familia de granujas, ¿no?
Sin embargo, lo esencial, lo primordial, el motor de este reino animal es, precisamente, la palabra «familia»; el cómo serían capaces sus integrantes de cualquier cosa con tal de protegerse entre ellos, del peligro que corren ellos mismos en el momento en que suponen una amenaza para esa organización matriarcal que es la familia Cody, con Jacki Weaver a la cabeza (que aunque no se llevo el Oscar Mayer, bien se lo merecía): una mujer de piedra, sin sentimientos, sin pudor, sin remordimiento alguno. Además, cabe destacar la actuación James Frecheville, algo que realmente merece ser visto, oído y degustado.
Una buena pelúcula que consigue mantenerte en vilo desde el primer minuto hasta el último, aderezada con unos preciosos y gracioso acentos australianos que es merecedora, sin duda alguna, de un ♥♥♥♥ redondo. Eso sí, ya puestos, hubiera sido interesante y divertido ver alguno de esos robos famosos en vivo y en directo ya que se trataba de una familia de granujas, ¿no?