Yo soy de esas personas que piensan que si uno se equivoca debe asumir sus errores y aceptarlos. En este caso, soy muy consciente de que me había estado engañando todo este tiempo. Si bien es cierto que la primera vez que vi el trailer de In Time llegué a comparar la idea (nótese que hablo única y exclusivamente de la susodicha) con aquella que nos sorprendiera tanto el pasado año en Inception. Desgraciadamente, nada que ver tenía una cosa con la otra...
Me da bastante rabia que ideas tan buenas se utilicen de manera tan penosa. Es decir, crear un universo en el que el tiempo es la moneda de cambio y en el que los ricos viven eternamente a costa de la consumición de los pobres que viven al día es, francamente, original e interesante. El hecho de que las personas no evejezcan más allá de los 25 años (los cuales muchos de los actores protagonistas habían dejado atrás hace un tiempico ya...) no es más que un reclamo hollywoodiense, en mi opinión, para poner en pantalla a gente jovenzuela y aparente, como Justino, al que aún le queda, según mi parecer, bastante que aprender sobre actuación. Dejando a un lado los inumerables cameos de gente famosuela de la farándula, la historia es paupérrima. Y eso es precisamente lo que me indigna: una buena idea, una realidad paralela tan sumamente novedosa no puede echarse a perder al hacer una película llena de gazapos, de diálogos de besugos y de incoherencias en la trama y en la psicología de los personajes (en la que tampoco profundizan demasiado, como era de esperar...).
No pensaba que fuese a ser una película sesuda, ni mucho menos, pero sí que es cierto que algo más me esperaba. Lo que más me gustó de la película fue la primera media hora, que es donde se presenta la vida de la gente pobre de los suburbios que tiene que estar siempre pendiente del tiempo que les queda, antes de que Justino se ponga la careta de Robin Hood y vaya con su «amanda» Marian (la cual se pasa dos horas corriendo por toda la ciudad con unos taconazos de 30 cm y unas piernucas de gallina que no creo que, de haberse dado el caso real de tener que correr por su vida , la hubieran sostenido tan maravillosamente; sinceramente, considero que ese es el mejor efecto especial de todo el filme) a robarles millones de años a los ricos milenarios del New Greenich.
En definitiva, una idea genial tirada por la borda por querer hacer un taquillazo y poner a cantantes de protagonistas y no cuidar y mimar un poquito más lo que podría haber sido una oportunidad brillante para hacerse un hueco en el panorama de los clásicos de la ciencia-ficción. Me entretuvo lo suficiente como para no aburrirme y me hizo reír bastante, cosa que creo no estaba en las mentes de los creadores cuando pensaron la película. Por la idea y poco más le otorgaré un muy benévolo ♥♥, pero muy descontenta me he quedado contigo, Justino, que lo sepas.
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