¡Admítelo! A pesar de tu apariencia pseudobohemia y tus vagas creencias izquierdiastas, no sabes nada de arte o de sexo que no hayas podido leer en cualquier revista de moda neoyorquina progre y underground. Inconformista prototípico, eres un soldado vacuo de la Gestapo de segunda. Te mantienes fiel a una serie de estándares y gustos que parecen estar fijados por un tribunal oculto de jueces hipsters (¡gilipolleces!). Vas por la vida dando tu aprobación o desaprobación a nuevas y pasadas modas y estilos de música y arte. Pásate al analógico, nene. Eres tan postmoderno. Estás buceando hacia un pasado anticuado. Es asqueroso, es ofensivo, no me vuelvas la cara. Sí, ¿cuál es tu excusa? Sí, ¿cuál es tu excusa? Te pasas el día sentado en círculo con tus amigos, pontificandoos los unos a los otros y compitiendo siempre por ese momento de gloria enaltecedora en el que acaparas el centro de atención intelectual, adueñándote por completo de la conversación superficial y sin sentido. ¡Oh, no somos dignos! Cuando pasas delante de un grupo de, entre comillas, gente normal, te ríes entre dientes, dándote una palmadita a ti mismo en la espalda mientras te mofas. Es el mismo complejo de superioridad que compartían todos aquellos niñatos deportistas del instituto que te hicieron la vida imposible y que te convierte en un esclavo del competitivo dogma capitalista. Dedicas cada minuto de tu puta vida a echar pestes. Sí, ¿cuál es tu excusa? Sí, ¿cuál es tu excusa? Porque yo estoy orgulloso de mi vida y de las cosas que he hecho. Orgulloso de mí mismo y del ermitaño en el que me he convertido. Puedes lloriquear todo lo que quieras: no te llevará muy lejos. A mí me va bien con mi coche y mi guitarra. ¡Sí! Voy a decirte algo: soy un egocéntrico descarado. Me tiro horas y horas delante del espejo intentado que el pelo me quede elegantemente despeinado. Me preocupa cómo se venderá este disco porque creo que determinará la cantidad de sexo que tendré en el futuro. Me automedico a base de drogas y alcohol para tratar mi extremada ansiedad social. Eres un falso (¡admítelo!). Eres un fraude (¡admítelo!). Sí, vives una mentira, vives una mentira, tu vida es una mentira. No me impresionas (¡admítelo!). No me intimidas (¡admítelo!). ¿Por qué no te inclinas, te tiras al suelo y caminas por la puta tabla? Sí, ¿cuál es tu excusa? Sí, ¿cuál es tu excusa? Orgulloso de mi vida y de las cosas que he hecho. Orgulloso de mí mismo y del ermitaño en el que me convertido. Puedes lloriquear todo lo que quieras: no te llevará muy lejos. A mí me va bien con mi coche y mi guitarra. ¡Sí! Voy a la deriva... Y estoy harto de esto. Quiero sentir la brisa de cada gran ciudad. Mi coche y mi guitarra; mi coche y mi guitarra. Así que acabarás estando hecho de estos impulsos insatisfechos. Oh, no. Cuando muera, descansaré. Cuando muera, yaceré inmóvil. Cuando muera, descansaré, descansaré.
Translation: Ryan & Co.
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