Por unas cosas y por otras quedéme sin poder ver esta peliculita (cosa que suele pasarme más a menudo de lo que me gustaría) pero así pude descubrir de otro modo y en otro contexto a Aaron Johnson, interpretando (de miedo) a John Lennon en sus años más mozos. A raíz de aquel chiquillo de ninguna parte tuve más interés en este joven superhéroe pero nunca la suficiente como para ver la película. Ahora, que desde hace unos años he vuelto a darle a la viñeta por primera vez desde que con 12 o 13 años me supiese de memorieta ya todos los Tintines, he preferido echarle primero un ojo al trabajo de Mark Millar y ya, si eso, otro a su adaptación al gran pantallazo.
Como puede (o no) suponerse, no tenía mucha idea de qué iba la cosa. Tiendo a no informarme demasiado sobre los libros que leo a priori para evitar de este modo echados a perder inecesarios al leer más de lo estrictamente permitido y necesario y estoy descubriendo que viene bastante bien. Así como en las películas siempre necesito una pequeña sinópsis para hacerme una idea del tema pero puedo confiar en mi propio instinto cinematográfico, en este mundo cómico confío en la opinión de gente más entendedora, con más experiencia y más omnibuses en sus recámaras que yo. Así es como voy escogiendo qué leer y qué no, además de las grandes obras de sobra alabadas por todos.
La cuestión es que me gustan las cosas «diferentes», tema recurrente últimamente. Kick-Ass no es el típico superhéore con el típico o no tan típico superpoder, nada más lejos de la realidad. Dave Lizewski no es más un adolescente sin madre del montón, loco por los cómics, al que le gustan Scrubs y los Goo Goo Dolls y que lleva una vida tan aburrida que decide hacerse superhéroe y se convierte en un fenómeno mediático con un vídeo colgado en YouTube pero descubre que no está solo... Es original su génesis no obstante su desarrollo y trama posteriores no se complican en demasía, la verdad sea dicha. Sin embargo, los personajes protagonistas tienen mucha chicha y ver a una niña de 10 años manejar la catana como lo hace Hit Girl es algo ciertamente interesante. Además, al ser un cómic que fue escrito entre 2008 y 2010, aquí los jóvenes y jóvenas tienen bastante más jugo que sacarle a la historieta pues está plagada de referencias a la pubertad y la vida del siglo XXI, cosa también bastante curiosa, graciosa y novedosa.
Hablando de catanas y, por ende, de violencia, tengo ganas de leer algún cómic en el que no aparezcan tripas colgando, cabezas volando y disruptores intestinales por doquier. No considero que esto sea algo exclusivo de los cómics, la violencia ha estado presente en casi todos los aspectos de nuestras vidas desde el principio de los tiempos pero es curioso que de todos los que he leído hasta la fecha no recuerdo ninguno en el que este no sea un tema más que frecuente, incluso, si me apuras, Asterix y Obelix zurraban de lo lindo. Por eso tengo ganas de echarle el guante a Blankets y descansar un poco de tanto mamporro y tanta amputación de miembros varios, aunque esto no quiere decir que me disguten ni un ápice estas cosas truculentas, ¿por quién me toman?
Ps. ♥♥♥♥
Y yo <3
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