13.3.11

Yo, también


En una de esas tardes-noches que uno se siente antisocial y sin mucha gana de nada es cuando la familia decide hacer un cineforum comunitario. Pensé: «Yo a mi bola con los caminantes desintegra'os estos y pasando de todo». Sin embargo, al poco rato, no pude evitar empezar a levantar la vista del ordenador y a escuchar algunas frases jocosas de este maravilloso guión hasta el punto de cerrar la tapa, reacomodar mis posaderas y prestar verdadera atención a la película: ya no había vuelta atrás.

Cuando estrenaron esta pelúcula me llamó la atención y siempre había querido echarle un vistazo, dejando aparte mi amor por Lola Dueñas, pero aquel día no era el más idóneo (o, al menos, eso quería creer). Me encontré a mí misma compartiendo la vida de sus protagonistas, riendo y llorando con ellos, sintiendo su dolor, sus frustaciones, sus alegrías, sus decepciones, sus triunfos. Es una película tan tierna, tan humana, tan real y tan realista; tan llena de prejuicios, tan llena de amor y de cariño. Quizá lo que más me marcó de la película fue una frase (que más tarde me daría cuenta que se trataba de su leitmotiv): «¿Y para qué quieres ser una personal normal?» y es que, a veces, ser especial te convierte en mejor persona pues asumes tus diferencias sin juzgar a los demás por ser cómo son y vives en paz, sin hacer daño a nadie y sin opinar sobre aquello que aún desconoces.

Es difícil definir eso de ser «normal» y, la verdad, no está ni siempre ni sistemáticamente asociado a algo bueno, aunque esa sea la creencia más extendida. Cada persona es diferente, cada persona tiene algo, cada persona es un mundo. Los prejuicios acaban dándote muchas veces una bofetada en la cara cuando te das cuenta de lo equivocado que estabas, cuando te das cuenta de que tus modelos de vida quizá no son los adecuados, que quizá vivas engañado por algo que la sociedad intenta venderte como extraño y bizarro pero que si dedicas un poco de tu tiempo, si te interesas lo más mínimo aprenderás que no siempre es así, que no todo es blanco o negro y, sobre todo, que hay varias y diversas perspectivas para todo en esta vida y que hay que intentar mirar desde todas ellas para así poder entender el mundo en su conjunto.

Creo que Yo, también es una verdadera lección de humanidad y una muestra clara de que muchas de las ideas que nos han vendido e incustrado en la cabeza durante años no son verdad ni por asomo. Te hace pensar, te hace replantearte muchas cosas, te emociona y consigue sacarte una sonrisa agridulce pues piensas que seguramente mucha gente sigue cegada por los absurdos convencionalismos y, lo peor de todo, que no tiene ni la más mínima intención de quitarse esa venda y ver el mundo desde otros ojos, con otros zapatos, con una mente y un corazón abiertos, receptivos, comprensivos, racionales. Es una pena pero gracias a cosas como esta, poco a poco y paso a paso, se va consiguiendo. Un ♥♥♥♥ redondo para un película redonda.

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