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11.10.12

Killing Them Softly




El pasado miércoles, con eso de que los Renoir andan arrimando el hombro en estos tiempos recesivos que corren, decidí ir a ver Killing Them Softly a la primera sesión (esa en la que te entra la sueñera de después de comer y en la que de no ser por el señor de la última fila estarías tú solita) al razonable precio de 6 leuros la entrada. Además de que era la primera vez que iba al cine sin acompañante (y la experiencia no resultó ni dramática ni desoladora, sepan ustedes), fue, en cierto modo, una terapia de choque cinematográfica pues el anterior domingo había tenido la desgracia de ver A Roma con amor (♥♥ siendo muy pero que muy generosa y porque Pe me hizo hasta gracia en algunos momentos...) y necesitaba resarcirme de alguna manera (¡y cuanto antes!).

No puedo negar que, como me viene pasando con Leonardo DiCaprio desde hace algunos años (diez para ser más exactos), siempre estoy detrás de lo que este hombretón (que para mí sigue siendo el más apuesto de la meca del cine) anda haciendo y cuando vi que había vuelto a trabajar con Andrew Dominik (director de la maravillosa The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford, con la cual me he vuelto a hacer y espero revisionarla a poco más tardar), no me lo pensé ni un segundo: tenía que ir a verla. No obstante, y como ya me sucediera en la segunda película del director neozelandés con Casey Affleck, quien me pilló por sorpresa y acabó conquistándome con su interpretación fue Scoot McNairy, que de todo el elenco aparece el penúltimo en letra chiquitaja; porque aquel que anduvo buscando un beso a medianoche, a pesar de ser uno de los secundarios, es un personaje que acab destacando, con un destino más o menos insospechado que resulta ser una pieza bastante clave del rompecabezas (nunca mejor dicho). Y no es que haya algo que reprocharle a Brad (que, por cierto, se llama William Breadley Pitt), pero en esta ocasión me quedo con Scoot sin dudarlo. 

La película tiene un argumento bastante simplón, pero lo interesante es la crítica soterrada hacia los Estados Unidos, que está bastante bien tratada y que acaba convirtiéndose casi en otro personaje más, a través de programas radiofónicos o de televisión donde aparecen los candidatos a la presidencia del país en campaña alabando las virtudes del país, mencionado el supuesto sueño americano y haciendo ver cómo están a la cabeza del mundo en todos los aspectos de la vida cuando la realidad (mostrada en la película) es bien distinta: asesinos a sueldo, ladrones de poca monta, empresarios corruptos, todos y cada uno de ellos movidos por la avaricia o la más desdichada necesidad. De ahí que el lema de la película fuese «America is not a country, it's a business», es decir, que Estados Unidos no es un país, no es la nación unida donde todos los hombres nacen con los mismos derechos y oportunidades sino que es un puro y cruento negocio.

Con un par de escenas brutales (en todos los sentidos de la palabra) y unas apariciones estelares de genios del cine y la televisión como Richard Jenkins, Ray Liotta y James Galdolfini (al que parecía, pobrecito Tony Soprano, que le iba a dar un paro cardiaco en cualquier momento...), es un thriller no muy elaborado pero que sí creo merece la pena y al que vamos a darle entre ♥♥♥ y ♥♥♥♥ alto. Y si no les ha convencido mi humilde reseña, vuelvan al 2007 y acompañen a Jesse James y a Robert Ford en su magnífica historia por el salvaje oeste porque The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford (¡menudo título largo!) es un filme, como les gusta decir ahora, que sólo por la fotografía ya es una pequeña obra maestra (y del que creo volveremos a hablar pronto). ¡Que la fuerza os acompañe, jóvenes padawanes!

10.7.12

Requiem for a Dream


Fue hace años, estando en el instituto, cuando oí hablar por primera vez de esta película. De hecho, mi profesor de Latín, Antonio, un día, en un intento de concienciación y culturización de la juventud, nos puso la película en la hora de Estudio, pero, como no podía ser de otra manera, yo no estaba nada por la labor y pase de lo lindo de la película (y de él, ya sea dicho de paso, aunque en Bachillerato nuestra relación pasó del odio mutuo al respeto y colegueo. A lo largo de los años, he oído hablar muy bien de ella, si bien los elogios iban siempre acompañados de adjetivos como «dura», «tremenda» o adjetivos compuestos tirando a frases como «da un mal rollo que lo flipas». En cualquier caso, habiéndose convertido en una película de culto, teniendo entre sus actores a Jared Leto y a Jennifer Connelly, había que verla sí o sí. Y ayer, finalmente, en la que creo ha sido nuestra tercera sesión cinéfila, el tito Boris y yo nos pusimos manos a la obra (y de paso vimos ese delirio llamado Léon (♥♥♥).

Hace un rato he visto que el director, Darren Aronofsky (¡qué apellido más curioso!), es también la mente pensante y dirigente de Black Swan (♥♥♥♥♥) y de The Wrestler. No puedo negar que es una película dura, tremenda y que da un mal rollo que lo flipas; no obstante, sin entrar en muchos detalles (aunque me imagino que todo el mundo que haya oído hablar de la película sabrá cuál es el tema en el que se centra), puedo decir que me gusto muchísimo. La forma en la que está rodada me parece especatular y consigue, ciertamente, meterte en el cuerpo una angustia y un sentimiento de desagrado que puede llegar a ponerte de los nervios. Digamos que hay dos historias paralelas y, sin duda alguna, la más impactante de todas es la de la madre. La actuación de Ellen Burstyn es magistral no, lo siguiente (de hecho, la nominaron a los Oscar aquel año) y creo que su historia fue la que peor cuerpo me dejó; porque historias sobre dogras hemos oído muchas pero esta no tiene parangón. Requiem for a Dream es la muestra de lo que el cine es capaz de captar, de mostrar, de transmitir. Otro ♥♥♥♥♥ más que merecido para Darren, que empieza a hacerse un huequito en mi lista de directores preferidos, al ladito de Eastwood o Van Sant.

Sólo me queda recomendar este filme a todos aquellos que no la hayan visto y quieran vivir una experiencia cinematográfica diferente y ver el problema de la drogadicción desde una nueva perspectiva. ¡Saludos cinéfilos a todos!

7.7.12

Recapitulando...

No suelo hacer entradas personales, de esas en las que uno cuenta su vida y milagros sin razón aparente; no obstante, creo que quizá vendría bien dar cuenta de los hechos que de un mes a esta parte, aproximadamente, han acontecido. En primer lugar, me licencié, gradué y desparramé el 15 del pasado mes de junio. Tarde-noche memorable donde las haya habido que tuve el placer de compartir con todos mis amigotes y familiares y seres queridos en términos generales (ya sabéis quiénes sois, briboncetes). De nuevo, una etapa termina y otra comienza; una puerta se cierra y otra se abre... Así podríamos estar hasta el fin de los tiempos haciendo uso de metáforas y demases pero no es el momento ni el sitio más indicado para hacerlo así que sólo diré que estoy muy contenta, aliviada y orgullosa de haber terminado la carrera y que, como ya he dicho en varias ocasiones, de estos cuatro años me llevo las amistades y haber aprendido a darle vueltas al boli (y de paso algún que otro conocimiento académico).

Asimismo, dejé de ser una becariaprecaria el pasado 27 de junio. Creo que no he comentado ni por aquí ni por acá en ninguna ocasión nada relativo a mis tareas en la biblio. De los nueve meses que he estado trabajando allá, ha habido buenos y malos momentos; acumulación de carros, caídas de sistema, millones de libros para tejuelar, pereza máxima a la hora de colocar, mucho sótano y mucho buzón. Sin embargo, puedo decir que esta primera experiencia laboral me ha servido para darme cuenta de muchas y diversas cosas que creo que me ayudarán en un futuro esperemos no muy lejano. No echaré de menos tener que revisar de la P a la PA3400, pero sí echaré en falta esos «muchas gracias» y esas sonrisas que, más a menudo de se puede pensar, la gente te regala cuando le dices que la B está en la planta de arriba al fondo a la izquierda o que hay libros para preparar el First por la PE 1128. Trabajar con libros está bien; pasan por tus manos infinidad de ejemplares de los temas más rarunos que te puedas echar a la cara así como grandes obras de la literatura o infinidad de diccionarios y cuadernillos de español para extranjeros... Pero lo que más me ha gustado ha sido trabajar con personas; tanto mis compis como la gente a la que he intentado ayudar y a consejar han sido, prácticamente siempre, trabajadores y amables, respectivamente. Siempre hay «cosas» y siempre hay gente un poco «así», pero ha sido una gran experiencia y aunque ahora mismo soy incapaz de dormir más allá de las 9.00, volvería a aceptar la beca sin dudarlo.

¿Qué más, qué más, qué más? En cuestiones de ocio (es decir, lectura, pelis y series), últimamente he leído y visto bastantes cosillas. Primero fue Pyongyang de Guy Delise (♥♥♥♥♥), que fue mi adquisición de la Feria del Libro 2012 acá en Mandril. Ya me había recomendado hace tiempo mi primo la obra de este dibujante cómico canadiense pero no había leído nada hasta ahora; después de haberme disfrutado de la narración sobre su estancia en Corea del Norte (muy, muy, muy recomendable e inquietante), tengo muchas ganas de leer sobre sus periplos en China, Birmania y Jerusalén. Después seguí la estela cómica leyéndome uno de los tres librejos que pedí a Amazon como autoregalo por la susodicha licenciatura-graduación. Escogí Ghost World (entre ♥♥♥ y ♥♥♥) porque quería resarcirme; la película la recordaba mal y pensé que quizá podía reconciliarme con el trabajo de Daniel Clowes. Me gusta bastante el dibujo (de tonos verdes turquesa) y la intención de la historia está muy bien captada; esa angustia adolescente, ese no saber quién eres, qué quieres y hacia donde te diriges... Se nota mucho en el lenguaje de las dos protas, muy rebelde, hiperbólico y palabrotero. Creo que capta muy bien la esencia de ese momento en la vida de una persona, pero no sé si la historia llegó a interesarme del todo, del todo. Una vez leído esto, llegó el momento que todos estábamos esperando... ¡terminé Good Omens (♥♥♥♥♥)!

Cocretaenmente, en el viaje de vuelta de Sevilla en el AVE el pasado 28 de junio. Leo muy despacio, sí. No sé ni cuándo me empecé el libro pero no me extrañaría que hubiera estado al menos tres o cuatro meses con él. También es cierto que era el final de la carrera, exámenes, había que apretar y en el trabajo me entraba siempre la sueñera a las 10.00 y no me podía poner a leer. Eso sí: despacito, las cosas se saborean mejor. Creo que es el libro más original y estrafalario que he leído jamás (aunque aquel de El Paranguaricutirimicuaro que no sabía quién era no se queda a la zaga). Tengo pendiente el Sandman de Gaiman y el Discomundo de Prachett me tiene más que intrigada pero, siendo sincera, no había leído nada de ninguno de los dos hasta ahora ¡y menuda forma de conocerles! Tenían razón al decir que el Apocalipsis nunca había sido tan divertido. Además de entretenerme buscando actores que fueran propicios para los distintos personajes, como Alan Cumming como Aziraphale, Gabriel Match como Crowley, Christina Hendrix como Red o Jessica Brown Findlay como Anathema, por decir alguno, me he reído bastante y es muy curiosa la forma en la que está contada la historia, con todas esas notas al pie explicándole a los estadounidenses y resto de habitantes de Europa que no son británicos los distintos comportamientos de los diversos personajes. Es un libro delirante y muy bien tramado que merece mucho la pena si se quiere pasar un buen rato, aprender sobre las teorías del fin del mudno y leer un inglés curioso. ¡Por cierto! Tengo que buscar la traducción porque, sin duda alguna, me parece el libro más complejo de traducir de todos los que me he encontrado en mi vida. Ahí queda eso.

En lo que a pelis y series se refiere, he visto 17 películas desde que escribiese la reseña de Shame, algunas de ellas por segunda o tercera o cuarta vez, como Los intocables de Elliot Ness (♥♥♥♥), Amores perros (♥♥♥♥♥), Transformers (♥♥♥♥♥), Fight Club (♥♥♥) o American Beauty (♥♥♥♥), y otras que no había tenido el placer de ver como pueden ser Serpico (♥♥♥♥), Los vengadores (entre ♥♥♥ y ♥♥♥♥), Snow White & the Huntsman (entre ♥♥♥ y ♥♥♥♥) o Eva (♥♥♥), que la vimos hace un par de noches. Si bien es cierto que Lluís Homar se merecía el Goya, siento decir que la actuación de la niña era un tanto repelente y que Brühl tampoco me gustó demasiado; eso sí, la historia (aunque la predijéramos en su mayoría) es original, está realmente bien hecha y los paisajes (suizos, oscenses y canarios) son espectaculares. Por último pero no por ello menos importante, he estado las últimas semanas poniéndome al día con Modern Family ¡y me rechifla! Es una monada de serie con la que te puedes tanto despiporrar como salarte las mejillas con una diferencia de milésimas de segundo; los actores son todos brutales y no ha habido ni un solo capítulo que no me haya gustado. Las tres temporadas son impecables y espero que podamos compartir muchos años felices con esta gran familia moderna.

A modo de despedida diré que ahora mismo tengo varios frentes abiertos: In Cold Blood de Capote, Black Hole, The Beats, los cómics del tito Boris, empezar a ver Deadwood, terminar de ver House M.D. y proseguir con HIMYM y, probablemente, volver a ver alguna que otra serie de esas que me gusta volver a ver. En otro orden de cosas, ayer llegué de pasar una semanuca torrándome al solete de mi peblo alicantino (sin quemarme ni un ápice, eso sí) y han sido unos días de relajación playera mágicamente 'tupendos. Final y musicalmente hablando, ¡estamos que lo tiramos! El lunes tenemos una cita con Regina Spektor en el Circo Price y en unos muy pocos días emprendemos viaje hacia Bilbo al famoso BBK, que va a ser legendario (aunque nos va a hacer fatals y va a ser un poco horrible estar cantando bajo la lluvia pero es que lo hay pero no va a importar porque voy a poder ver a Ben Howard y a llorar mucho escuchándole) y, a la vuelta, me esperan Everlyn, The All-American Rejects y blink-182 para, seguidamente, irme de viaje familiar hacia arribota del mapa a tierras gallegas. No sé qué me deparará agosto pero estoy segura de que el calor me acompañará allá donde quiera que vaya. Seguiré informando (o no). Feliz verano a todos y que el solete os acompañe, jóvenes padawanes. ¡Capablanca!

3.3.12

Shame


De todas las películas que sacaron en la previa a los Oscars (aunque esta, precisa e injustamente, no estuvo entre las candidatas pero, bueno, ya sabemos cómo son los académicos estos hollywoodienses...), esta es, probablemente, la que más ganas tenía de ver. Bien sea la curiosidad (que algunos ignorantes considerarán depravada) o bien sea lo precioso que me pareció el trailer de la película, cuya fotografía resultó ser, al final, lo que más me gustó de la susodicha porque es, sencillamente, un filme «bonito de ver». En cualquier caso, tenía ganas y después de algunas semanas, después de algunas tertulias, después de algunos intercambios de opiniones y perspectivas, puedo decir que me gustó bastante. Es una película muy sórdida, muy triste y muy conmovedora; Fasssbender y Mulligan están tremendos (sobre todo él y, aunque yo me refiera al plano interpretativo, pueden verlo como deseen) y la historia es tan dura que a veces cuesta mirar. Es un sufrimiento y una culpa tales los que transmiten que el corazoncito se te encoge pero creo que eso es lo que el cine busca: despertar sensaciones, tanto buenas como malas, en aquellas personitas sentadas en la butaca. Si esto es así, Shame lo consigue con creces. Además, es realmente complicado no caer en la tentación de, al hacer una película sobre un adicto al sexo, ser gráfico, escabroso y desagradable. Steve McQueen (cuyo tocayo, subido en su moto, vela por mi gran evasión de la realidad mientras duermo) consigue hacer una película maravillosa sobre las relaciones humanas y cómo de jorobadas se pueden volver cuando algo se tuerce. Un ♥♥♥♥ para Shame y un A+ para Michael, al que, a mucho no tardar, veré de nuevo en Hunger.

Ps. ¿Vosotros sois de los que visteis algo turbio entre Brandon y Sissy o de los que no?

Ps2. ¡Feliz centenario hobbit!

19.2.12

The Artist


Es probable que sea una de las pocas personas a las que esta película no le ha entusiasmado. Dejando a un lado lo original de hacer una película muda y en blanco y negro en el siglo XXI, la historia en sí no era muy original. Un actor de cine mudo venido a menos por el advenimiento del cine sonoro. ¿Os suena Cantando bajo la lluvia? Quizá algo más similar fuese El crepúsculo de los dioses pero, en cualquier caso, no caigamos en las comparaciones, que por lo visto son odiosas. Lo más destacable de una película muda es la expresividad que los actores han de mostrar para transmitir todo lo que las palabras no pueden. A este respecto, tanto Jean como Bérénice, lo bordan. Por otro lado, las películas rodadas en blanco y negro siempre tienen un toque entrañable y, en este caso, la fotografía asimismo es destacable. Eso sí, nadie puede poner en duda que el alma de la película es Uggie, el perrito de George Valentin. No es larga pero se me hizo algo pesada y, aunque me entretuve, era todo demasiado previsible. Quizá la magia de esta película no radique en la historia sino en la forma en que está contada (la escena de las escaleras fue para mí de lo mejorcito de la película), tan lejana ya para estas generaciones contemporáneas, pero, aún así, no terminó de enamorarme. Además, mi interpretación de las motivaciones y acciones de George no fue positiva, lo que hizo que el personaje me resultara engreído y orgulloso y, consecuentemente, no pudiera empatizar con él. Quizá no era esa la intención. Quizá sí pero, fuese como fuera, lo cierto es que no me convenció. No obstante, opino que es una película que merece la pena ver, aunque sólo sea por recordar viejos tiempos o ver a Uggie en acción. Con todo, le otorgo un moderado entre ♥♥♥ y ♥♥♥♥ porque ese guiño a Cosmo Brown se lo merece.

24.1.12

The Descendants


Este es el tercer trabajo de Alexander Payne que veo, después de su corto de Paris Je T'aime (el cual no me causó gran impresión y ni recordaba de qué iba ahora que lo he mirado en IMDb) y de A propósito de Schmidt (que me gustó bastante), este es, sin duda alguna, el que más me ha gustado. Aún me falta por ver Sideways y veremos si supera esta maravilla cinematográfica. A medida que pasaban los días e iba recordando la película, me convencía más de que había visto una película brutal. No sé si el papel de Matt King es el de la carrera de Clooney porque a mí me encanta mucho en O Brother! pero, desde luego, merece mucho la pena verle actuar: está de sobresaliente. De las nueve películas nominadas para los Oscar 2012 he visto tres y considero que esta es la mejor de las tres, teniendo en cuenta que The Help me gustó mucho y que Midnight in Paris bastante poco.

Algunos días me quedo 20 o 30 minutos embobada delante de la tele viendo en la Sexta 3 los programillas de cine que ponen entre película y película. Uno de ellos consiste en que un actor o actriz habla del momento que él o ella considera que representa lo que es el cine en estado puro. Pues bien, aunque no sea mi momento cinematográfico preferido (que es probable que sea el final de El golpe), el momento en el que Shailene Woodley (que fue la que más me gustó de la película después de Clooney) se sumerge en la piscina después de la noticia (no quiero arruinarle nada a nadie), me pareció espectacular: se me pusieron todos los pelos de punta y me estremecí, quedándome boqueabierta. Y es que The Descendants tiene la virtud de estar contada de una forma tan real que es inevitable empatizar con sus protagonistas; tanto es así que acabas cogiéndole cariño a la familia King y esa escena final... maravilloso. Es una historia tremendamente trágica pero que intercala muy bien algunos puntos de humor que hacen que el nudo del estómago se te deshaga durante algunos minutos. Además, el paraje es impresionante (quiero que mi luna de miel sea en Hawaii, lo he decidido) y la banda sonora es preciosa.

Una película magnífica que se ha hecho un huequito en mi corazón muy especial y a la que le regalo un ♥♥♥♥♥ muy pero que muy merecido. Por ahora, como ya decía, va a la cabeza de la carrera hacia los Oscar Mayer. Eso sí, queda mi amado Brad, tanto en The Tree of Life como en Moneyball, en la que albergo muchas esperanzas. También está The Artist, que aún no he visto, la adaptación de la novela Extremely Loud and Incredibly Close de Stephen Daldry y los dos viejos lobos de mar, Scorsese y Spielberg, con sus respectivas pelis, las cuales, ninguna de las dos, me hace demasiada ilusión. Todo se andará y todo se verá para poder juzgar con conocimiento de causa. Luces, cámara y... ¡acción!

19.1.12

Gattaca


Como colofón final a nuestra primera reunión cinéfila teníamos Gattaca. Inocente de mí, pensaba que lo que vería en pantalla no sería más que una gata que atacaba y, obviamente, no iban por ahí los tiros. Me encantan las películas de ciencia-ficción; se trata de uno de mis géneros preferidos y considero que Andrew Niccol es un genio (a pesar de que no puedo explicarme cómo ha podido pasar de hacer The Truman Show a In Time...). No saber absolutamente nada de una película y descubrir que está enmarcada dentro de uno de tus géneros preferidos, protagonizada por personajillos de la talla de Ethan Hawke, Jude Law y Uma Thurman y que a su creador es, nada más y nada menos, le corresponde la mente que dio vida a Truman Burbank es, como poco, alentador.

No puedo utilizar el verbo «defraudar» puesto que nada me esperaba de ella (aunque sabía que estaría bien si el señor Boris la había elegido para formar parte de nuestro círculo selecto), pero puedo asegurar que, si algo me esperaba, lo superó con creces. Me gustó mucho la idea, original como todo lo que Niccol toca. Las interpretaciones me agradaron (sobre todo el acento de Jude que es capaz de derretir a cualquiera) y la historia te engancha y tiene un par de toques que te dejan descolocadito. Por otro lado, la forma en la que está rodada, con ese color amarillento y oscuro que tiene le da un toque futurista muy apropiado y la banda sonora que acompaña es una pasada. Además, para ser de 1997, está bastante bien logrado el ambiente y no se han matado a poner efectos especiales que quedasen poco creíbles, lo cual es un acierto.

No me voy a pronunciar mucho más ya que opino que es mejor verla sin saber demasiado (y por eso pongo una foto un poco neutra) pero es un clarísimo para Niccol y su imaginación sin límites. A todos aquellos a los que el género de ciencia-ficción les llame y quieran ver una historia original bien contada que desestimen In Time, por favor, y se dirigan a Gattaca. Siguiente parada: las estrellas.

The Virgin Suicides


Dejando a un lado el hecho del flagrante error de traducción en el título de la película (que debiera llamarse Los suicidios vírgenes si quisieramos tener un mínimo de rigor), tengo que decir que de las tres películas suyas que he visto esta se lleva la palma de plomo (dobles sentidos bien venidos). Me esperaba bastante más y, salvo el entrañable acontecimiento de poder ver a una montonera de actores en sus años mozos, me dejó (como diría mi padre) fría. Fue su primera película y quizá andaba experimentando todavía pero no sé si sabía muy bien qué quería contar o, al menos, a mí me dio esa sensación. Los actores los tenía; el decorado estaba ahí; la banda sonora (eso sí que es una constante en su filmografía) prometía pero, al final, todo se quedó en la anécdota sobre el pelo tan horroroso que se gastaba Josh Hartnett por aquella época . Además, es una historia bastante deprimente (como se puede deducir por el título) y da la sensación de que le falta medio herbor. En general, me entretuvo, o sea, no me dormí pero me dijo más bien poquito.

IMDb es una de las mayores fuentes de sabiduría cinematográfica que conozco y consulto y generalmente me fio de lo que dicen pero en esta ocasión discrepo. De las cuatro películas, The Virgin Suicides es la que ha obtenido la segunda mejor calificación después de Lost in Translation (que queda pendiente) y después ya van, con la misma nota, Marie Antoinette (cuya banda sonora es rechiflona) y Somewhere, que para mí es la mejor de las tres que hasta la fecha han pasado ante mis ojos. Quizá lo mejor sería hacer como mi amigo Boris (a quien le debo esta primera reunión cinéfila) y no leer nada sobre las películas y, simplemente, verlas y opinar. Si uno va al cine haciéndose ilusiones puede que estas se vean truncadas y se vayan al garete en un santiamén o si, por el contrario, se deja influenciar por las opiniones negativas de los demás, puede dejar de ver películas que quizá hubieran sido de su agrado. Con todo y con ello, voy a darle un magnánimo , con la esperanza de que Scarlett y Bill despierten algo en mi corazoncito. 
Ps. La película está basada en la novela del mismo nombre del premio Pulitzer Jeffrey Eugenides. ¿Contenía el libro esos detalles y esa profundización en los personajes que parecen estar ausentes en la película? Sólo hay una manera de descubrirlo...

6.1.12

The Iron Lady


He de reconocer que yo soy del equipo Cam. Sé que hay mucha filia y mucha fobia hacia ella pero yo pienso que su trabajo se merece todas las loas que se le han hecho. Esto no quiere decir que sea una de mis actrices favoritas (porque no lo es) o que piense que donde esté ella que se quite el resto (porque no lo pienso). Sin embargo, siempre he creído que ser versátil en la farándula del cine es algo meritorio y mucho más que ella no se puede ser, la verdad. Por otro lado, siempre he admirado mucho a los actores que aceptan papeles en los que deben hacer algo más además de actuar (aprender a montar a caballo o tirar con arco y esas cosas), en este caso, poner acento British siendo estadounidense (justo al contrario que hace Kate Winslet en Mildred Pierce con su acento amerricano). Quizá sea una tontería como una casa pero a mí me fascina (el tema de los acentos también) cómo son capaces de adoptar un acento que no es el suyo y, con todo, actuar e interpretar papeles sesudos y con fundamento. Supongo que de eso se trata, ¿no? Pero aún así no creo que todo el mundo sea capaz de hacerlo y es algo que me parece que da un toque muy logrado a las películas y, como consecuencia, permite a los actores acceder a papeles que de otro modo jamás podrían aceptar. Además, soy un tanto extremista con el tema de las películas históricas protagonizadas por actores que no tienen la nacionalidad de los personajes históricos que representan y que, como es lógico, tampoco hablan la lengua que estos hablaban. Puedo tolerarlo pero siempre me parecerá un poco chusco ver, qué sé yo, a Maria Antonieta o a Dalí hablando inglés.

Después de este breve circunloquio, volvamos con Margaret Thatcher. Desde luego, ciertas similitudes podemos encontrar entre las dos mujeres (en cuanto al amor y el odio que suscitan), salvando las gigantescas diferencias y teniendo en cuenta que nada tienen que ver una con la otra. El primer acercamiento que tuve hacia esta figura histórica fue gracias a This Is England, con la guerra de las Malvinas como telón de fondo. No se puede negar que fue una mujer implacable y que esto tuvo tanto magníficas como desastrosas consecuencias para la Gran Bretaña en aquellos tiempos pero la realidad, dejando a un lado las discrepancias políticas, es que gobernó durante 11 años y que fue su propio partido el que consideró que había llegado la hora de un cambio: jamás perdió unas elecciones democraticamente. Yo no viví aquellos locos años pero mi madre cuenta que fueron bastante moviditos y no por nada fue apodada «la dama de hierro». La película deja ver cómo el hecho de ser mujer pudo hacer que sintiera la necesidad de demostrar más que el resto de sus colegas, ser más fuerte que ellos. No debió de ser fácil liderar un mundo gobernado por hombres pero lo hizo y se convirtió en una de las mujeres más influyentes del pasado siglo (por no decir de la historia) y su legado continúa muy presente aún en nuestros días.

En cuanto a la caracterización, es algo bastante sorprendente: son clavadas. No obstante, ninguna de las cosas hasta ahora mencionadas considero sea lo que hace de esta película una maravilla cinematográfica. ¿Cómo es posible fingir ser viejito? Meryl Streep no es ninguna mozalbeta pero desde luego tampoco es un vejestorio y sin embargo...Todos y cada uno de los movimiento que hace son los de una persona anciana y ser capaz de encarnar de ese modo a una persona con principio de demencia senil es realmente fascinante a la par que conmovedor y entristecedor. Eso sí, yo siempre he pensado que lo que delata la edad de una persona son sus ojos y tras el maquillaje y tras las horas de trabajo estaban los ojos de una mujer de 62 años y eso, por suerte o por desgracia, no se puede disfrazar de ninguna de las manera. La mirada de un anciano tiene ese aspecto vidrioso y cansado tan característico que nada puede equipararlo pero, si obviamos ese pequeño detalle, lo que se ve en la pantalla parece tan real que podríamos hasta creer que lo es.

Si bien es cierto que no estoy de acuerdo con las críticas que dicen que la película es floja, considero que este último aspecto es por el merece más la pena ver la película porque, aunque Meryl no os agrade demasiado, es ciertamente una pasada verla actuar. Además, la película tiene puntos graciosos y, en general, es entrañable. Eso sí, no sé cuán fiel es a la realidad (teniendo en cuenta que muestra parte de su vida únicamente) pero, como película, se merece al menos un ♥.

Ps. Bueno, como era de esperar, aquí la amiga se llevó el globito dorado pero, ¿sabéis quién se lo llevo también? ¡Idris Elba, oseasé, Luther! Estoy que no quepo en mí de gozo. Yay!

29.12.11

Drive


Que me vinieran a la cabeza películas tales como The Departed (Infiltrados en español), The Untouchables (Los intocables de Elliot Ness en español) o A History of Violence (tal cual en español, o sea, Una historia de violencia) puede significar varias cosas: que es una película bastante violenta (que lo es aunque no en demasía para a lo que nuestros ya nada inocentes ojos andan acostumbrados) y que es una buena película (que también lo es, pese a sus esos tintes de serie B que rezuma por algún que otro poro). 

Si bien es cierto que no me la esperaba así (aunque, a decir verdad, no esperaba nada más allá de ver a Gosling montado en diversos coches), he de decir que me gustó. Me pareció que estaba muy bien rodada, que la fotografía era preciosa y (según un crítico pedante) cuyos colores traían a la mente aquellos que habitan los cuadros de Hopper (aunque, en realidad, esto no es ninguna tontería). Las interpretaciones no merecen reproche alguno ni tampoco el guión y muchísimo menos la banda sonora, que es una pequeña obra maestra. Salvo por los títulos de crédito un tanto simplones y rosados y dejando a un lado mi casi nula a la violencia explícita y ese minuto y medio final (después del parpadeo) que podría haberse suprimido a la perfección, creo que es un thriller (más amoroso de lo que puede parecer) cuyo propósito de mantenerte pegado a la butaca hasta el mismísimo final han conseguido con creces. 

De nuevo queda demostrado que no hacen falta grandes despliegues ni desembolsos exagerados para poder contar una buena historia. Además (y eso que a mí no me gusta ni vivo en LA), dan unas ganas de coger el coche al anochecer y ponerse a conducir sin rumbo fijo, simplemente porque sí. No obstante, cuando salí del cine no estaba tan convencida de si lo que había visto me había gustado o no. Han pasado unos cuantos días que me han servido para reflexionar y si bien es cierto que no me encantó ni salí del cine dando botes y con la baba caída, en general y con todo, puedo decir que me gustó considerablemente con lo que voy a darle a Nicolas Winding Refn un bonito , aunque sólo sea por ese 'A Real Hero' que lleva resonando en mi cabeza toda esta semana.

Ps. ¡Nos vemos en los idus de marzo, Ryan! Por cierto, salías requeteguapetón haciendo de Driver, que eso también creo que merece una mención por estos lares, ¿a que sí?

4.12.11

In Time


Yo soy de esas personas que piensan que si uno se equivoca debe asumir sus errores y aceptarlos. En este caso, soy muy consciente de que me había estado engañando todo este tiempo. Si bien es cierto que la primera vez que vi el trailer de In Time llegué a comparar la idea (nótese que hablo única y exclusivamente de la susodicha) con aquella que nos sorprendiera tanto el pasado año en Inception. Desgraciadamente, nada que ver tenía una cosa con la otra...

Me da bastante rabia que ideas tan buenas se utilicen de manera tan penosa. Es decir, crear un universo en el que el tiempo es la moneda de cambio y en el que los ricos viven eternamente a costa de la consumición de los pobres que viven al día es, francamente, original e interesante. El hecho de que las personas no evejezcan más allá de los 25 años (los cuales muchos de los actores protagonistas habían dejado atrás hace un tiempico ya...) no es más que un reclamo hollywoodiense, en mi opinión, para poner en pantalla a gente jovenzuela y aparente, como Justino, al que aún le queda, según mi parecer, bastante que aprender sobre actuación. Dejando a un lado los inumerables cameos de gente famosuela de la farándula, la historia es paupérrima. Y eso es precisamente lo que me indigna: una buena idea, una realidad paralela tan sumamente novedosa no puede echarse a perder al hacer una película llena de gazapos, de diálogos de besugos y de incoherencias en la trama y en la psicología de los personajes (en la que tampoco profundizan demasiado, como era de esperar...).

No pensaba que fuese a ser una película sesuda, ni mucho menos, pero sí que es cierto que algo más me esperaba. Lo que más me gustó de la película fue la primera media hora, que es donde se presenta la vida de la gente pobre de los suburbios que tiene que estar siempre pendiente del tiempo que les queda, antes de que Justino se ponga la careta de Robin Hood y vaya con su «amanda» Marian (la cual se pasa dos horas corriendo por toda la ciudad con unos taconazos de 30 cm y unas piernucas de gallina que no creo que, de haberse dado el caso real de tener que correr por su vida , la hubieran sostenido tan maravillosamente; sinceramente, considero que ese es el mejor efecto especial de todo el filme) a robarles millones de años a los ricos milenarios del New Greenich.

En definitiva, una idea genial tirada por la borda por querer hacer un taquillazo y poner a cantantes de protagonistas y no cuidar y mimar un poquito más lo que podría haber sido una oportunidad brillante para hacerse un hueco en el panorama de los clásicos de la ciencia-ficción. Me entretuvo lo suficiente como para no aburrirme y me hizo reír bastante, cosa que creo no estaba en las mentes de los creadores cuando pensaron la película. Por la idea y poco más le otorgaré un muy benévolo ♥, pero muy descontenta me he quedado contigo, Justino, que lo sepas.

5.11.11

The Help


Es bastante factible que si uno no sabe inglés o no lee la letra pequeña, así, de primeras, no sepa de qué voy o estoy hablando. Por otro lado, a pesar de que mis allegadas coincidían parcialmente en que Criadas y Señoras era un nombre ciertamente apropiado y explicativo para esta película basada en un best-seller (cuyo título y traducción es la misma), mi querida prima y yo no opinábamos lo mismo. Puede que la palabra «servicio» para referirse a la ayuda de cámara que las mujeres negras proporcionaban a las familias blancas en Jackson (Mississippi) no sea de tu agrado por ser la susodicha una palabra con un contenido semántico bastante más amplio puesto que a, por ejemplo, Mr Carson, Mrs Hughes y toda la tropa se les podría considerar el servicio de la gran familia Grantham (y estamos hablando de Downton Abbey para aquellos que se hayan perdido por el camino y quieran una solución para volver a encontrarse).

 En cualquier caso, a mí, personalmente, la solución por la que optó el traductor o traductora no me convence pues, si bien es cierto que acota y especifica, tampoco se entiende que aquellas tres palabras se refieran, concretamente, a la América profunda de finales de la década de los 1950 y principios de la década de los 1960. Problemas de traslado y traslación aparte, he de decir que me gustó mucho (♥♥♥♥) la película. Mi madre (para la que el de ayer fue su segundo visionado) nos había dicho que duraba dos horas y media. ¿Se hace larga? ¡Ni por un momento! Yo creo que no debe compararse con Fried Green Tomatoes puesto que, como película, no puede meterlas uno en el mismo saco (a pesar de que el contexto, la época y ciertamente muchos aspectos sean compartidos) porque no es lo mismo. Una historia de intolerancia y prejuicios pero también de amor y justicia a la que se le añade un toque de humor para que no se haga tan dura la más cruda realidad. De haber querido representar una tragedia al más puro estilo grecolatino, podrían haberlo hecho sin duda pues el tema da pie más que de sobra para ello...

 Es verdad que nosotros ahora, en el siglo XXI y en el año 2011, no podemos juzgar a la gente que hace 60 años pensaba de un modo de la misma manera que las juzgamos ahora. Supongo que es algo con lo que vivían, convivían y crecían y para ellos esa era su realidad. Sin embargo, nunca dejarán de fascinarme las «supremacías» No alcanzo a comprender cómo alguien puede pensar que la gente es inferior a él simplemente por el color de su piel o por su orientación sexual o por la religión que profesen. ¿Qué más le da al mundo cómo sea mi apariencia, a quién quiera o en quién crea? Está claro que existe un límite: no hacer daño a los demás con mis creencias, las cuales, curiosamente, son las únicas que sujetas a posibles cambios o alteraciones. Pero, ¿acaso elijo yo el color de mi piel? ¿Acaso tiene alguien derecho a decirme con quién debo y no debo compartir mi vida?

Considero que es algo tan básico, tan lógico y, aún así, sigue existiendo gente que no es capaz de verlo, que no es capaz de entenderlo. Es tan absurdo... Lo único que debiera importarnos es que la gente fuese buena y todo lo demás es accesorio. No podemos seguir rechazando por las apariencias, no podemos seguir temiendo y deseñando lo desconocido, no podemos seguir imponiendo nuestras creencias por sistema creyendo que por ser estas las nuestras son más válidas. Pero siempre hay alguien que se opone, alguien que lucha por lo que es justo, alguien que saca a relucir la verdad que está ahí delante de todos, por mucho que muchas personas no quieran mirar o darse cuenta. Y es gracias a estos valientes y lucha por la verdad y por lo que justo que, poco a poco, nuestro mundo y nuestras vidas van siendo algo mejores.

23.10.11

Azuloscurocasinegro


Fue allá por mis locos de años de instituto cuando oí hablar, por primera vez, de esta película. Mi querido profesor de latín, Antonio, se la pidió a mi querida amiga, Leyre, para verla. A pesar de que su veredicto no fue del todo positivo (mientras que el de mi querido profesor de lengua, Antonio, sí), a mí, en aquel momento, me daba un poquito igual todo aquello: era joven, ignorante e ingenua. Aún así, y pese a todo, siempre me fié más de el criterio cinematográfico de mi querida amiga, Leyre (cuyo amor por esta película es grandote), a pesar de que esto no quiere decir que el de mi querido profesor de latín, Antonio, no fuese ciertamente exquisito. 

Años y años más tarde, habiendo dejado atrás el Bachillerato y la Selectivdad y llevando unos cuantos años de carrera, estaba yo haciendo zapping un día en mi casa. Ahora ya no disfruto de los miles de canales del Canal+ pero, cuando aún tenía acceso a ellos, me pasaba el día recorriendo todas las cadenas puesto que, aunque parezca mentira, tener 250 canales no implica que siempre haya digno de echarle un ojo. El caso es que fui a topar con la archiconocida Gordos. Si bien es cierto que la pillé bastante avanzada (y por ello no creo hallarme en condiciones óptimas de juzgarla), no me llamó demasiado la atención y me pareció un poco «sobrada», es decir, bastante cruel y con un uso exagerado del temita de siempre (el seso, sí, el seso). Aún entonces no sabía quién estaba detrás de estos dos filmes...

Entonces, el febrero pasado, me ofrecieron (mi querida amiga, Leyre,) ir a ver una cosa llamada Primos. Ni el póster de la película que poblaba el metro de Islas Filipinas ni el título mismo de la película despertaban en mí el más mínimo interés... Un momento... Yo de esto ya he hablado, ¿no? Sí, en efecto, lo he hecho. De todos modos, seguiré con mi argumentación y, si alguien quisiera saber más sobre la susodicha peliculeja, la palabra en rojo de arriba es una vía virtual hacia el conocimiento. Lo importante y lo que hay que sacar en claro de todo esto es el hecho de que al venderme la película, al intentar convencerme de que no era tan mala como habían hecho creer que era, me dijeron que era de Daniel Sánchez Arévalo. Pues bien, en ese momento, sufrí una especie de déjà vu (con regresión incluida) y empecé a pensar, con el cerebro y mente madura que viven dentro de mi cabeza hoy en día, que debía dar una oportunidad a las cosas y, sobre todo, a las personas y a sus opiniones, aunque no sean las mismas que las mías.

Es obvio que mucho no pueden compararse una película con otra, salvo que estés hablando de los actores y, entonces, puedes decir que son prácticamente los mismos. Azuloscurocasinegro no es comedia sino tragedia. Una historia triste y cruda sobre la realidad de, seguramente, más personas de las que puedo imaginar y que hace pensar, una vez más, en las suerte que tenemos de vivir las vidas que vivimos. Matizada con ciertas pinceladas de humor, a manos, claro está, del siempre irreverente Raúl Arévalo, te deja, sin embargo, una sensación agridulce. Acordandome estoy de la clase de Hermenéutica del otro día, en la que estuvimos hablando del pobre Edipo y su infinita retaila desgracias. Y, supongo, que es cierto aquello de que no es posible empatizar con alguien malo que hace cosas malas y al que, en consecuencia, le ocurren cosas malas; pero si ese alguien hace las cosas bien, tan bien como se espera de él y, aún así, la vida le pone delante una y otra vez obstáculos y dificultades, nuestra naturaleza humana nos hace sentirnos tristes y abatidos por las desgracias e injusticias que a un chico bueno le ocurrieron sin merecerlo. Sin duda, otro ♥♥♥♥ más que merecido para esta gran figura del cine español, cuya obra y trayectoria espero siga por el mismo camino por el que ha ido yendo y viniendo todos estos años.

5.10.11

Somewhere



¿Sabeís eso de que no sabes o conoces algo pero el día que lo aprendes empieza a aparecer por todas partes y a todas horas? Yo supongo que es porque una vez que lo sabes te fijas en ello más que si no lo supieras, que lo pasas por alto sin darle mayor importancia. Es uno de esos momentos en los que uno se siente «sabio» y se sonríe a sí mismo pensando que el día va a ir bien. Algo parecido es lo que me ocurrió con el grupo Phoenix, gran redescubrimiento de mi gran amigo Boris (puesto que la portada de su Wolfgang Amadeus Phoenix la había visto millones de veces en el ipod de mi primejo pero nunca me había parado a preguntar qué era aquello). Cuando uno ha interiorizado algo, ha hecho de ello un elemento de su amplio (o no tanto, eso ya depende de cada uno) imaginario mental, es inevitable que en un periodo de tiempo relativamente corto vuelva a aparecer de repente, por sorpresa y así, ya de paso, hacer que te lleves una grata alegría.

Yo no conocía a Phoenix y una vez les conocí me fui a enterar (ya dentro de la sala) de que la muchacha directora de este filme está casada con el cantante. ¡Casualidades de la vida! Claro está, no es de extrañar que la banda sonora estuviera adjudicada a Thomas Mars, su francesito marido, cosa de la que no tengo queja alguna. Por otro lado tenemos el hecho de que hasta que no vi Super 8 no era consciente de que Dakota tuviese una hermanita también sumergida en este firmamento del cinema, como diría aquí la amiga Lina Lamon, y, como no podía ser de otra manera, resultó ser asimismo la protagonista de Somewhere. Aún no tengo claro con cuál de las dos me quedo pero creo que Elle tiene una cara más dulce y quizá menos repipi que su hermana a su edad (porque en lo que se ha convertido con la edad es un universo paralelo). Y, como información adicional, aunque nada tenga que ver con epifanías fantabulísticas, estuve pensando durante toda la película que Stephen Dorff se parecía muchísimo a Bruce Willis en sus mozos años.

En cuanto al trabajo de esta italoamericana de apellido de renombre, únicamente he visto dos de sus películas y ambas me han gustado considerablemente, no obstante me parece mejor película esta que Marie Antoinette, cuya banda sonora es casi más genial que la de esta (y así se compensa la cosa y soy equitativa e igualitaria). Otra cosa que me asombra es que las opiniones y críticas de las películas no suelen coincidir con mis opiniones personales en muchos de los casos. Por ejemplo, tanto Las vírgenes suicidas como Lost in Translation (pendientes quedan las dos de echarles un ojo) tienen mejor crítica o recepción o como se llame que las dos de las que yo he disfrutado, claro que estas no he tenido la ocasión de verlas aún. Así como casi siempre que escucho un disco puedo adivinar cuál será el siguiente single y acertar en la mayoría de los casos, con las películas la cosa se vuelve algo peliaguda (nunca mejor dicho). También es cierto que puede que yo sea un tanto benévola y mi listón no esté por las nubes o mire las cosas de manera más simple, es decir, si me divierte o no y ya dentro de eso me pongo a pensar más sesudamente sobre el tema, no como hacía Platón, con eso de hacer críticas moralizantes de las cosas. No soy de esas personas que les sacan todo el jugo y el partido a los filmes, lo que no quiere decir que no tenga mis argumentos a favor o en contra de los susodichos.

Esta película me gustó. ¿Por qué? Me pareció una historia triste pero muy tierna a un mismo tiempo. Me emocionó y consiguió tocarme la patata (aunque aquí siempre creo que hace mucho el empatizar o no con las historias que las películas cuentan), me gustó la sutileza con la que Coppola contaba lo que quería y mostraba lo necesario en unos simples 90 minutos, sin necesidad de grandes desplegues técnicos ni artificios accesorios. La vida de dos personas, su relación y cómo esta iba desarrollando y como el personaje de Dorff iba ilumninándose, creciéndose, recobrando la alegría gracias a la mera compañía de su hija. Es una historia de soledad pero también muestra lo que tanto el amor como el dinero pueden llegar a conseguir o a destruir. Una apuesta nada pretenciosa sino más bien delicada sobre la existencia humana.

Obviamente, no puedo más que regalarle un y felicitar a su creadora por una película amable del verbo amar. Aprovecho también para recomendarla por si este finde alguien estaba pensando en ir al cine y no sabía muy bien qué ver; es una película diferente y especial, como poco. Eso sí, advierto: no juzguéis el fimle por el primer minuto y medio...


Ps. Olvidóseme escribir sobre la fabulosa L'affaire Farawell (♥) y preferiría olvidar que alguna vez vi ese gran bodrio llamado Bridesmaids ().

5.9.11

Leap Year



¿Qué podría salir mal en una película con estos dos personajillos e Irlanda como fondo? Nada en absoluto. Si tenemos además en cuenta que Matthew lleva en mi Top5 desde que viera por vez primera aquellas rosas rojas y londinenses y que Amy es una de las actrices más cucas y mejores que anda viendo Hollywood estos últimos años, cualquier mínima duda queda disipada por completo. No es una obra maestra del cine, eso está bastante claro. Es una película cuyo propósito es el que es, cuya temática es la que es pero que, aún con todo, consigue ser muy especial. Quizá también entre aquí en juego mi amor y adoración por esas tierras verdes llenas de calderos de oro y enanitos de barbas pelirrojas... En cualquier caso, es una película divertida y entrañable en la que Hecky está para comérselo, fingiendo ese acento irlandés que tan poco le pega y que tan magistralmente borda.

Eso sí, un par de pegas he de ponerle, no a la película en sí sino a aquellos que se encargaron de su distribución en los países hispanohablantes. La película cobra sentido gracias a su título original, que significa «año bisiesto» y enlaza con una antigua tradición irlandesa, la gran protagonista de la película. Ahora bien, si vas y haces que la película diga algo tan poco acertado como Tenías que ser tú pues la gracia se pierde por el camino y, sobre todo, vendes el filme como otra comedia romántica facilona, intención no deseada por los creadores de la susodicha a la hora de elegirle un título en inglés. De todos modos, con este tema siempre ha habido y siempre habrá conflicto... Para más información existe un magnífico blog que si no deja las cosas claras, ¡apaga y vámonos!

La otra e irremediable pega que he de ponerle a este año bisiesto es el doblaje. No es que sea malo pero en inglés hay muchos, muchos juegos de palabras que, en el trasvase, se van al garete. Además, fue bastante curioso y revelador pues vi la peli en el AVE de vuelta a casa desde Barna y estaba doblada y también subtitulada y se podía ver, clarísimamente, lo que es una traducción hecha para que quepa en boca y otra que sea fiel a lo que el original está diciendo (o al menos que lo intenta). Fue otro pequeño pasito hacia, esperemos, un futuro próximo y cada vez más claro aunque he de reconocerlo: doblar es divertidísimo (sobre todo muñecajos de gomaespuma). Y aquí está mi valoración personal, subjetiva e influenciada: un . ¡Hasta la vista, Louis! 

20.8.11

Super 8


Nada más salir del cine tuve que apuntar todas aquellas películas que me habían venido a la mente mientras veía Super 8: ET, Alien, El gigante de Hierro, Los Goonies, La niebla de Stephen King y los vídeos caseros que hacía hace ya algunos años con mi primo en casa de los abus. Y esto, aunque parezca que no, son más que excelentes noticias.

No he visto Lost (aún) pero no esperaba menos de este filme. No es una película innovadora pues trata temas por todos ya conocimos pero sí que es original la forma que tiene de contar la historia, utilizando recursos también archiconocidos pero de manera brillante. Considero que todas las historias que están contadas por niños tienen un carácter especial que las hace únicas. Ese punto de vista tan dulce y honorable; sin miedo a nada y siempre fieles a sus amigos, es algo entrañable de ver y supone un gran contrapunto, más aún en una película con un par de sustos de saltar a la butaca de al lado.

Además, uno de los puntos fuertes es el diálogo entre esta pandilla de amiguetes. Es muy, muy divertido oír los comentarios de niños de 11-12 años sobre cualquier tema y cualquier cosa del universo. Es un punto de vista mágico que, con los años, se va perdiendo y es muy amable (del verbo amar) reencontrarse con eso de vez en cuando. No quiero contar mucho más ya que con las películas de referencia uno puede hacerse, más o menos, una idea sobre de qué va todo esto pero me siento en la obligación de advertir lo siguiente: que nadie se levante de la butaca hasta que no se hayan encendido las luces (pues de hacerlo no verían una de las más mejores cosas de toda la película).

Yo ahí lo dejo caer y y sólo me queda desear que disfrutéis mucho, mucho con JJ, con Steve y con The Case...

¡Se me había olvidado decir que esta es una pequeña obra de arte que se merece un sin lugar a ninguna pero ninguna duda!

14.8.11

RocknRolla



Aunque me entretuvo, me hizo reír, disfruté de lo lindo con los diversos acentos británicos presentes, me gustó ver a Luther sin su habitual corbata y abrigo largo y entendí el amor que siente mi madre por Gerardo Mayordomo, considero mejor película, sin lugar a dudas, Snatch (♥). Eso sí, se sabe desde la primera toma que es obra del gran Guy Ritchie. Se nota en el desarrollo de la película, en los trapicheos, líos y malentendidos que se forman entre todos los personajes, las palabrotas a tutiplén y la violencia como factores claves de la historia. Los actores están perfectamente elegidos y hacen papelazos pero, en conjunto, no me acabó de volar los sesos, como dirían nuestros amigos anglosajones (¡y menos mal!). Por todo ello le otorgo un nada desdeñable . Ahora sólo hay que esperar la continuación...

13.8.11

Matilda


Uf, ¿y por dónde empiezo yo ahora? Supongo que contar en primer lugar la razón de que este batiburrillo de cosas esté aquí sería lo más lógico. El otro día llegamos a casa y ¡sorpresa! Mis allegados andaban viendo Matilda (). Sin dudarlo ni un momento («te confieso que te quiero»), me senté en el sofá a disfrutar de esta obra maestra de la literatura infantil hecha peli. Pese a que la película no sea estrictamente igual que el original, creo que Danny DeVito hizo un trabajo sublime. Jamás he visto Matilda en inglés y, a pesar de que creo firmemente que es algo que debo hacer al menos una vez en la vida, siempre he sentido que las cosas como los insultos o las barbaries lingüísticas me llegan mucho más en español que en inglés. También es lógico si tenemos en cuenta el hecho de que aquella es mi lengua materna y de que, objetivamente, es una lengua bastante más rica en lo que al mundo de los improperios y oprobios se refiere, como lo demuestran frases tales como esta: «Su padre dice de ella que es una verruga. Una ampolla, un grano, una pústula rezumante de putridez». ¡Ah, se me olvidaba! Grandísimo trabajo el de Elsa Fábregas poniendo voz a esta bestia tronchatoros. Además (y uno de los factores más importantes de contribución a la humanidad de este filme), gracias a este pequeño maestro del cine, mucha gente pudo tener la oportunidad y el privilegio de conocer a uno de los mejores escritores de todos los tiempos (y mi prefe, cocretamente).

Mi amor por Roald Dahl viene de antaño; desde que tengo casi uso de razón he adorado todos sus libros, ya sean para peques como para mayores. De hecho, entre mis libros preferidos de toda la historia se encuentran Las brujas, Relatos de lo inesperado (de cuyo relato «El hombre del Sur» hice un trabajo sobresaliente para mi asignatura de Literatura Comparada en la uni aunque mi relato favorito siempre ha sido «Placer de clérigo») y Cuentos en verso para niños perversos. En este último caso, no puedo más que quitarme el sombrero ante el trabajo de traducción que hay ahí metido... ¡Es impresionante cómo están clavadas todas y cada una de las rimas! Mi papasión no se queda aquí pues tengo en mi haber asimismo el famoso Boy, que adquirí hace un par de años en la Feria del Libro, aquí en Madrid. Gracias a este libro comprendí muchas cosas, muchas referencias en sus obras que están estrechamente relacionadas con su infancia y mi admiración y adoración creció también.

Podría hablar de cómo sus libros me han ayudado durante todos estos años a amar la literatura, cómo sus obras han marcado mi vida en varios y diversos aspectos, cómo sus relatos me hicieron querer escribir y escribir y seguir escribiendo o cómo los dibujos de su gran amigo y principal ilustrador Quentin Blake pusieron rostro y colorido a todos aquellas fantasías de mi infancia, llena de melocotones gigantes, tabletas de chocolate, brujas malvadas y niñas mágicas pero eso sería otra historia, ¿no creéis?

Ps. Ahora que lo pienso, ¿quién sino Roald Dahl habría sido capaz de hacer de Moby-Dick uno de mis libros preferidos desde el principio de los tiempos?

The Runaways


Sabía que iba de música, de dos zagalas muy rockeras que daban mucha caña y que, quizá, huían de sus hogares por algún motivo desagradable... Bueno, dos de tres tampoco está tan mal. Lo que no supe hasta que faltaban unos 10 minutos para llegar a término fue que todo estaba basado en una historia, en hechos reales. Esta revelación ocurrió, como no podía ser de otra manera, al escuchar los archiconocidísimos acordes de aquella mítica declaración de amor hacia el rock y el roll de los Arrows. Quizá sea buena idea informarse un algo más sobre las cosas antes de sumergirse (o ahogarse) en ellas, ¿no?

Como es lógico y comprensible, el impacto que el filme había causado en mi persona disminuyó por unos segundos pues, de golpe y porrazo, todo aquello no era una historia genuina y sacada de la manga sobre un grupete de chicas guerreras. Sin embargo, en los segundos que siguieron a los ya mencionados todo empezó a cobrar sentido y me di cuenta de que había sido testigo de la creación y destrucción de un fenómeno musical, de un fenómeno fan, de un fenómeno fémina de la segunda mitad de la década de los 1970 y, sobre todo, del nacimiento de una gran estrella: Joan Jett. Y sí, he de confesarlo: yo soy una de las muchas personas que ha jugado al Legends of Rock sin preocuparse de a quién pertenecía aquella voz mujeril tan característica.

Me gusta mucho la música y me gusta mucho el cine y me chiflan las películas que combinan ambos artes. Además, es interesante ver la diferencia que existe entre alguien para quien la música es su única forma de vida, en este caso Kristen Stewart haciendo de Joan Jett, y alguien para quien es una forma de escapar, en este caso Dakota Fanning, bastante crecidita desde que invadieran en planeta los extraterrestres, haciendo de Cherie Currie. La banda sonora es uno de sus puntos fuertes; es entretenida, está bien ambientada y, según he leído posteriormente, se ajusta bastante a lo que fue la realidad de aquellos años, teniendo en cuenta también que las interpretaciones no están mal del todo y que los parecidos con las mozas reales es algo asombroso. Con todo y con ello, estas chavalucas se llevan un , por hacerme mover el body y meterme en las sienes una canción asaz pegadiza... Ch-ch-ch-ch-ch-cherry bomb!

9.8.11

Capitán América


Y por fin llegó la hora del resarcimiento y la venganza. Me explico: cuando estrenaron Thor estuve piando semana tras semana para que alguien me acompañase al cine a ver al rubiales y fortachón dios del trueno pero nadie oyó mis plegarias y, como es lógico, acabaron quitando el filme de las salas (excepto tres en las que sigue dando guerra pero ya en españolito). Ni recalcando que el director era el gran Gilderoy Lockhart o haciendo saber que, de hecho, las críticas habían puesto bastante bien la película conseguí convencer a nadie lo suficiente como para granjearme un amigo de butaca (aunque ya he aprendido la lección y para la próxima nos vamos yo y mi sombra y andando). Pero esta vez las tornas han cambiado...

Hace ya muchos años, siendo yo una ingenua y pequeña párvula, estaba en mi poder un muñecajo del Capitán América, de estos chiquitos de plástico al que se le podían mover un poco las extremidades. Como es de esperar, con 5 años no estaba yo leyendo mucho cómic de superhéroes pero, a pesar de todo, siempre supe el nombre de aquel tipo del traje azul y el escudo redondo. Un día mi total desconocimiento de cuál era realmente su fuerte me hizo, en un ataque de euforia infantiloide, lanzarle por los aires en un vuelo sin motor con la mala suerte de que fue a parar al tejado de las «jaulitas» que, como su nombre indica, eran unos patios pequeños con verjas donde nos sacaban cuando llovía. Aún hoy tengo la esperanza de poder recuperarlo, de que siga ahí, después de más de 15 años, esperando a ser rescatado (lo cual me recuerda un poco al tema que aquí realmente nos ocupa).

Pese a ser desde siempre uno de mis superhéores preferidos, ya fuera por nostalgia o porque me gustase mucho el traje que llevaba, la verdad es que nunca leí nada sobre él, ni siquiera eché un vistazo a su artículo en la Wiki, lo reconozco. Siempre fue como James Dean para mí: murió joven, en su mayor esplendor y así fue inmortalizado en mi mente y en mi memoria. Por todo ello, hace una semana que me senté en aquella butacón para descubrir por primera vez quién era realmente el hombre hombre detrás de la A y la sorpresa fue bastante grata, la verdad.

De primeras, no sabía que fuera un cómic ambientado en los años 1940. Tampoco sabía que Steve Rogers, en origen, no era más que pobre chavalillo, debilucho y enclenque, que lo único que quería era la oportunidad de poder ayudar a su país en la lucha contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Tampoco sabía que era elegido por su valor, su perseverancia, su esfuerzo y su compromiso para con aquello en lo que él creía de corazón para convertirse en una nueva generación de soldados que conseguirían acabar con el eje del mal en Europa. Si bien el elemento patriótico es más que obvio (y, a veces, un tanto patético), me gustó la ambientación y también la personalidad del protagonista, la cual no puedo juzgar más que por la adaptación que han hecho de ella en la película.

La el filme tiene puntos muy graciosos aunque los efectos especiales dejan un poco que desear, salvo la caracterización de Evans esmirriado. El tono de la película, en ocasiones, me recordaba a aquel de Sky Captain y el mundo del mañana y lo más espectacular de toda la película eran, sin duda, los músculos que Chris Evans había tenido que desarrollar para grabar la película, el tío bueno de Harvard, según Annie Braddock (y no le faltaba razón). Por otro lado, al estar en la inopia sobre la relación entre los Vengadores, hubo algunos detalles que se me escaparon y que, a la salida, me revelaron y entonces ya todo fue mezclándose y formando un pequeño ovillo de superhéroes de Marvel. Puedo decir que me gustó y me entretuvo pero no me entusiasmó, además de que aborrezco los doblajes en castellano de los personajes germanos, con lo que creo que voy a darle a nuestro gran héroe americano entre un y un , aunque Steve Rogers siempre, siempre tendrá un lugar especial en mi corazón.