6.2.11

And Then There Were None


El otro día andábamos deambulando todos los primos por casa de los abus y pusimos And Then There Were None (entre ♥♥♥ y ♥♥♥♥), la de 1945. A medida que veíamos la película, me iba acordando de la novela e iba volviendo poco a poco a mi infancia. Hubo una época, hace ya algunos años, donde mi vida se debatía entre Sir Arthur Conan Doyle y Agatha Christie. Si bien es cierto que siempre he sido fan de las aventuras de Sherlock y Watson, he de admitir que me fascinaban las historias de Poirot y la señorita Marple y cómo nunca podías aproximarte ni lo más mínimo en tus suposiciones a cuál sería el desenlace de las mismas.

Y esta es, de las 80 historias criminales que esta magnífia mujer nos ha dejado, mi preferida, sin lugar a dudas. Puesto que esto tuvo lugar antaño, tengo que admitir que las he leído todas en español pero no descarto, en un futuro próximo, realizar una re-lectura en su versión más original. Mi edición de Diez negritos es bastante particular pues tiene a diez negritos dibujados por mi padre en la primera hoja, además de una tierna dedicatoria. Yo, en el momento en el que me regalaron el libro, tenía entendido que era una de sus novelas más famosas y alabadas pero tanto el título como aquellos dibujitos de la portada me desconcertaron ligeramente. ¿Se desarrollaría en África? ¿Se investigarían los extraños sucesos acaecidos en la tribu que había acogido a un explorador británico en el Congo? No tenía ni la menor idea. Pero, como siempre ocurre con toda hipotésis que uno se plantee con Agatha Christie, estaba bastante lejos de la realidad.

No obstante, esta ha sido la única historia hasta la fecha en la que he «adivinado» quién era el asesino. No quiero estropearle a nadie, Dios me libre, el placer lector por lo que aquí me detendré, no iré ya más allá en indagaciones o comentarios al respecto. Eso sí, es un clásico de la novela negra y policiaca (¡y de la literatura universal!) y la recomiendo fervientemente a todos aquellos que no hayan tenido aún el placer de darse un apretón de manos con ella. También cabe destacar que uno debe ser consciente de que estos son libros que, por lo general, sólo pueden leerse una vez o, en su defecto, dejar pasar años y años desde la primera hasta la segunda vez que se lean pues son crímenes que, una vez resueltos y conocidos sus finales, pierden esa magia que poseen la primera vez. Por ello, se debe disfrutar al máximo de cada letra, cada palabra, cada página, cada capítulo.

Volviendo de nuevo a la película, lo más gracioso fue ver a mi hermana sufriendo y agonizando y pensando e hipotetizando e indagando a lo largo de toda la película. Y es que es eso lo que Agatha Christie consigue, que estés atento y pendiente, sin perdete ni un solo detalle, desde la primera hasta la última hoja, desde el primer minuto hasta el último (si es una adaptación, claro está). De todos modos, he de dejar claro que fatal me parece que cambiasen el final. No digo por qué ni cómo pero está bastante alterado, cosa que me parece injustificable a la par que imperdonable. De todos modos, pasamos un buen rato, oímos unos cuantos acentos británicos y, aunque nos supiéramos la historia de pe a pa, estuvimos sin despegar los ojos de la tele los tantos minutos que duró la misma.

Para finalizar (e ir abriendo el apetito) os dejo aquí lo que sería el corazón de la historia, en torno a lo que giran todos los sucesos y acontecimientos, la razón misma del título original de la novela, a veces Indians a veces Niggers, que luego se cambiaría por motivos racistas bastante obvios. En definitiva, hablando en plata (y soñando en oro), el meollo de la cuestión:

Ten little Indian boys went out to dine;
One choked his little self and then there were nine.
Nine little Indian boys sat up very late;
One overslept himself and then there were eight.
Eight little Indian boys travelling in Devon;
One said he'd stay there and then there were seven.
Seven little Indian boys chopping up sticks;
One chopped himself in half and then there were six.
Six little Indian boys playing with a hive;
A bumblebee stung one and then there were five.
Five little Indian boys going in for law;
One got in Chancery and then there were four.
Four little Indian boys going out to sea;
A red herring swallowed one and then there were three.
Three little Indian boys walking in the zoo;
A big bear hugged one and then there were two.
Two Little Indian boys sitting in the sun;
One got frizzled up and then there was one.
One little Indian boy left all alone;
He went out and hanged himself and then there were none.

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